viernes, 2 de enero de 2015

La conferencia


                                                   

 
 
 
 
 

PALACIO DE LA MAGDALENA, SANTANDER,  5 de julio de 1974


 





            La conferencia mas esperada este año sin duda fue la ofrecida por el Sr. Traqueman, Doctor en medicina por la universidad de Ohio (EEUU), eminente especialista del aparato digestivo, reconocido internacionalmente, que nos deleitó a todos los presentes con la conferencia titulada: “Como beber en pajita”.

            El Doctor Traqueman decía así:

            —Mi gabinete y yo tras 17 años de estudio infatigable disponiendo de un voluntariado de medio millar de estudiantes de medicina de diferentes y prestigiosas universidades de EEUU, contando con un presupuesto ínfimo, comparado por ejemplo con el destinado por el Senado al Ministerio de Defensa en cuestiones de investigación nuclear, hemos podido sin embargo hacer un avanzado y concienciado estudio sobre la facilidad y ventajas que ofrece el correcto uso de la “pajita”, sobre cualquier otro método para beber agua o cualquier otro liquido de densidad semejante, sin querer entrar tampoco en sus composiciones químicas porque como ya saben todos los presentes que mi especialidad se encierra en lo referente al aparato digestivo, dejando de ser de mi competencia la estructura química del fluido que lo atraviesa. Seguidamente tratare de explicar de la mejor manera posible las técnicas que se deben emplear para el correcto uso de la pajita, ya no solo desde el punto de vista técnico sino también ético y social, porque ya saben todos ustedes lo desagradable que resultaría por ejemplo el sonido del “gru-gru” cuando en una reunión familiar o de negocios se sopla equivocadamente el susodicho aparato, introducido en un vaso o en una botella con un determinado liquido, ya sea por ignorancia o negligencia respecto a la utilización de la pajita o grado de subnormalidad del individuo. Como bien sabemos todos, las pajitas técnicamente están construidas con material plástico poco resistente ya que normalmente tienen únicamente un solo uso, su forma es cilíndrica, ahuecada en su interior y con luz en los dos extremos, cosa muy importante y que aconsejamos que se compruebe sosteniendo dicho artilugio con el dedo pulgar e índice de una misma mano sin mayor dificultad ya que su peso es extremadamente ligero, debo decir antes que su longitud es de aproximadamente unos 30 cm. desaconsejando las mas largas a individuos con problemas respiratorios ya que podrían siparse; siguiendo con la comprobación de la pajita tras sostenerla con los dedos ya indicados y mirando por cualquiera de los dos orificios debe verse la salida por el otro extremo de la misma, en caso de que no se viera,  la pajita carecería de utilidad, debiendo el consumidor exigir su importe en el establecimiento donde la haya adquirido, o delegaciones del mismo, no obstante el vendedor no se hará responsable si en la comprobación del aparato el consumidor se vaciase un ojo, por lo tanto aconsejamos máxima precaución y la lectura previa del manual de uso.

            Tras estas palabras se oyó en la sala un ligero murmullo precedido por un ¡oooh! Que venía de alguna parte del público, un asistente en la sala preguntó al Doctor saltándose el orden del día y adelantándose a la fase de ruegos y preguntas:

          —Sr. Doctor: ¿No seria conveniente vender estos productos bajo prescripción medica?

           A lo cual respondió el Sr. Traqueman con buena educación y sentido del humor aunque un poco aturdido por el contratiempo:

           —No hay que alarmarse con el uso de estos aparatos ya que por ejemplo y para que vds. se hagan una idea del daño que pueden causar, según las estadísticas son menos los accidentes producidos por pajitas que por los causados por el gas Napalm en la guerra del Kurdistan.

            Otro asistente preguntó:

           —¿Puede una mujer quedarse embarazada por tener relaciones sexuales con un orangután de Madagascar?

           Pregunta a la cual no pudo contestar el eminente Dr. Porque se hizo “pis”, ya que visiblemente tenia los pantalones empapados del líquido amarillo, tras lo cual abandono la sala saltando con las dos piernas juntas y las manos entre los muslos mientras su cara tenia un color que recordaba al rojo burdeos.

            Durante la ausencia del Dr. La organización del evento  para salir del trance, ya que se había quedado la sala impertérrita y aturdida por la pregunta del asistente primero y por la reacción del Dr. después, pinchó el disco titulado “Asturias Patria querida” quedando de nuevo restablecida la calma y salvándose oportunamente el desaguisado contratiempo, o al menos por el momento. Al terminar el himno que por cierto escucharon los presentes en pie y simulando play-back, entro el Dr. en la sala ya repuesto y luciendo nuevos pantalones prosiguió:

            —Terminada la comprobación de la pajita dijo, y precisando que para su uso se requiere un vaso conteniendo alguna bebida, ha de introducirse la pajita en el interior de dicho vaso o botella por uno de los extremos, operación esta que ha de realizarse utilizando los dedos de la mano contraria a la que se sujeta el vaso, siempre habiendo comprobado con anterioridad que la longitud de la pajita sea mayor que la altura del nivel del liquido respecto del fondo del recipiente, ya que el consumidor podría encontrarse con el contratiempo de ver que su pajita se haya hundida en el liquido por ser de una longitud mas corta, pues bien, después de sujetar la pajita con una mano e introducida ya en el vaso con la mano que queda libre sujetar el recipiente recomendando que en los primeros intentos este sea resistente, recuerdo que en los primeros experimentos con los estudiantes voluntarios y debido a la falta de presupuesto utilizamos vasos de plástico resultando que una mayoría de estudiantes debido desde luego al nerviosismo que suscitaba el experimento acababan rompiendo los vasos, por la presión que ejercían sobre ellos

            En este punto de la conferencia un nuevo asistente, este con una expresión en la cara que denotaba cierto escepticismo preguntó al Dr:

           —¿A que distancia recomienda ver la televisión?

           Un ayudante del Dr Traqueman, que se encontraba junto a él, sorbía una limonada con su pajita, cuando una vez formulada la pregunta, empezó a lanzar unos alaridos semejantes a los que realizan las focas arpadas del antártico cuando están en celo y abriendo la boca como queriendo tomar oxigeno, sacudiendo las manos a tal efecto para ayudarse, como si el movimiento de las manos ayudara a la respiración, empezó a expulsar la limonada por la nariz y ojos mientras su cara había tomado un color morado cayendo en ese mismo momento de espaldas encima de su silla, que hizo astillas, provocando consiguientemente un ensordecedor ruido. Una vez en el suelo, y como no dejaba de patalear acudieron a su auxilio dos estudiantes de medicina también ayudantes del Dr. Tuvieron que pasar unos minutos para que el desafortunado ayudante del Dr. recobrara el sentido, excusándose este después ante la sala explicando que se le había colado la limonada por la laringe, mientras tanto entró el Dr. Traqueman en la sala ya que se había ausentado para cambiarse de nuevo de pantalones, continuando con la conferencia expuso:

           —Teniendo sujetada la pajita y vaso con ambas manos damos con un proceso muy delicado, con un movimiento de manos acompasado hay que introducir la pajita en la boca teniendo cuidado de no derramar el liquido, seguidamente colocar los labios de la misma manera que sí se pronunciase la letra “u” succionando en esta posición sentirán el placer y deleite que provoca el frescor del liquido escurriéndose por el paladar aplacando la sed , y si así lo sienten ustedes mi equipo y yo personalmente nos sentiremos satisfechos y recompensados por el fruto de nuestra investigación.

            Con estas palabras terminó la conferencia del Dr. Traqueman, el cual hay que decir que tuvo el detalle de regalar personalmente pajitas a cuantos nos encontrábamos en el Palacio de la Magdalena.

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