Vientre
contra vientre, pecho contra pecho.
Ella, busca el contacto, disfruta
de cada poro de la piel del compañero,
sus labios se
encuentran y se funden de deseo.
Ella,
gime, entregada a él,
obediente, al ritmo que marca este.
Espera cada acometida suya, con deseo, con lujuria.
Se sumergen los
dos en una atmosfera común
que les hace temblar, latir, gemir, vibrar…
Él,
estalla de puro placer, se estremece,
la atrae hacia sí, la besa, la abraza,
la
muerde, la desea..., la espera.
Al tiempo alcanzan el clímax, al unisono,
los dos tiemblan, como si fueran uno.
Se funde la piel contra la piel, el beso contra el beso,
las manos se entrelazan contra las manos,
suspiro contra suspiro, unidos, los dos,
exhaustos, entregados, se contemplan
sonríen, cómplices. Los dos.
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