PALACIO DE LA MAGDALENA, SANTANDER, 5 de julio de 1974
La
conferencia mas esperada este año sin duda fue la ofrecida por el Sr.
Traqueman, Doctor en medicina por la universidad de Ohio (EEUU), eminente
especialista del aparato digestivo, reconocido internacionalmente, que nos
deleitó a todos los presentes con la conferencia titulada: “Como beber en
pajita”.
El Doctor Traqueman decía así:
—Mi gabinete y yo tras 17 años de
estudio infatigable disponiendo de un voluntariado de medio millar de
estudiantes de medicina de diferentes y prestigiosas universidades de EEUU, contando
con un presupuesto ínfimo, comparado por ejemplo con el destinado por el Senado
al Ministerio de Defensa en cuestiones de investigación nuclear, hemos podido
sin embargo hacer un avanzado y concienciado estudio sobre la facilidad y
ventajas que ofrece el correcto uso de la “pajita”, sobre cualquier otro método
para beber agua o cualquier otro liquido de densidad semejante, sin querer
entrar tampoco en sus composiciones químicas porque como ya saben todos los
presentes que mi especialidad se encierra en lo referente al aparato digestivo,
dejando de ser de mi competencia la estructura química del fluido que lo
atraviesa. Seguidamente tratare de explicar de la mejor manera posible las
técnicas que se deben emplear para el correcto uso de la pajita, ya no solo
desde el punto de vista técnico sino también ético y social, porque ya saben
todos ustedes lo desagradable que resultaría por ejemplo el sonido del
“gru-gru” cuando en una reunión familiar o de negocios se sopla equivocadamente
el susodicho aparato, introducido en un vaso o en una botella con un
determinado liquido, ya sea por ignorancia o negligencia respecto a la
utilización de la pajita o grado de subnormalidad del individuo. Como bien
sabemos todos, las pajitas técnicamente están construidas con material plástico
poco resistente ya que normalmente tienen únicamente un solo uso, su forma es
cilíndrica, ahuecada en su interior y con luz en los dos extremos, cosa muy
importante y que aconsejamos que se compruebe sosteniendo dicho artilugio con
el dedo pulgar e índice de una misma mano sin mayor dificultad ya que su peso
es extremadamente ligero, debo decir antes que su longitud es de aproximadamente
unos 30 cm. desaconsejando las mas largas a individuos con problemas respiratorios
ya que podrían siparse; siguiendo con la comprobación de la pajita tras
sostenerla con los dedos ya indicados y mirando por cualquiera de los dos
orificios debe verse la salida por el otro extremo de la misma, en caso de que
no se viera, la pajita carecería de
utilidad, debiendo el consumidor exigir su importe en el establecimiento donde
la haya adquirido, o delegaciones del mismo, no obstante el vendedor no se hará
responsable si en la comprobación del aparato el consumidor se vaciase un ojo,
por lo tanto aconsejamos máxima precaución y la lectura previa del manual de
uso.
Tras estas palabras se oyó en la
sala un ligero murmullo precedido por un ¡oooh! Que venía de alguna parte del
público, un asistente en la sala preguntó al Doctor saltándose el orden del día
y adelantándose a la fase de ruegos y preguntas:
—Sr. Doctor: ¿No seria conveniente
vender estos productos bajo prescripción medica?
A lo cual respondió el Sr. Traqueman
con buena educación y sentido del humor aunque un poco aturdido por el
contratiempo:
—No hay que alarmarse con el uso de
estos aparatos ya que por ejemplo y para que vds. se hagan una idea del daño
que pueden causar, según las estadísticas son menos los accidentes producidos
por pajitas que por los causados por el gas Napalm en la guerra del Kurdistan.
Otro asistente preguntó:
—¿Puede una mujer quedarse embarazada
por tener relaciones sexuales con un orangután de Madagascar?
Pregunta a la cual no pudo contestar
el eminente Dr. Porque se hizo “pis”, ya que visiblemente tenia los pantalones
empapados del líquido amarillo, tras lo cual abandono la sala saltando con las
dos piernas juntas y las manos entre los muslos mientras su cara tenia un color
que recordaba al rojo burdeos.
Durante la ausencia del Dr. La organización
del evento para salir del trance, ya que
se había quedado la sala impertérrita y aturdida por la pregunta del asistente
primero y por la reacción del Dr. después, pinchó el disco titulado “Asturias
Patria querida” quedando de nuevo restablecida la calma y salvándose
oportunamente el desaguisado contratiempo, o al menos por el momento. Al
terminar el himno que por cierto escucharon los presentes en pie y simulando
play-back, entro el Dr. en la sala ya repuesto y luciendo nuevos pantalones
prosiguió:
—Terminada la comprobación de la
pajita dijo, y precisando que para su uso se requiere un vaso conteniendo
alguna bebida, ha de introducirse la pajita en el interior de dicho vaso o
botella por uno de los extremos, operación esta que ha de realizarse utilizando
los dedos de la mano contraria a la que se sujeta el vaso, siempre habiendo
comprobado con anterioridad que la longitud de la pajita sea mayor que la
altura del nivel del liquido respecto del fondo del recipiente, ya que el
consumidor podría encontrarse con el contratiempo de ver que su pajita se haya
hundida en el liquido por ser de una longitud mas corta, pues bien, después de
sujetar la pajita con una mano e introducida ya en el vaso con la mano que
queda libre sujetar el recipiente recomendando que en los primeros intentos este
sea resistente, recuerdo que en los primeros experimentos con los estudiantes
voluntarios y debido a la falta de presupuesto utilizamos vasos de plástico
resultando que una mayoría de estudiantes debido desde luego al nerviosismo que
suscitaba el experimento acababan rompiendo los vasos, por la presión que
ejercían sobre ellos
En este punto de la conferencia un
nuevo asistente, este con una expresión en la cara que denotaba cierto
escepticismo preguntó al Dr:
—¿A que distancia recomienda ver la
televisión?
Un ayudante del Dr Traqueman, que se
encontraba junto a él, sorbía una limonada con su pajita, cuando una vez formulada la pregunta, empezó a lanzar unos alaridos semejantes a los que realizan las focas
arpadas del antártico cuando están en celo y abriendo la boca como queriendo
tomar oxigeno, sacudiendo las manos a tal efecto para ayudarse, como si el
movimiento de las manos ayudara a la respiración, empezó a expulsar la limonada
por la nariz y ojos mientras su cara había tomado un color morado cayendo en
ese mismo momento de espaldas encima de su silla, que hizo astillas, provocando
consiguientemente un ensordecedor ruido. Una vez en el suelo, y como no dejaba
de patalear acudieron a su auxilio dos estudiantes de medicina también
ayudantes del Dr. Tuvieron que pasar unos minutos para que el desafortunado
ayudante del Dr. recobrara el sentido, excusándose este después ante la sala
explicando que se le había colado la limonada por la laringe, mientras tanto
entró el Dr. Traqueman en la sala ya que se había ausentado para cambiarse de
nuevo de pantalones, continuando con la conferencia expuso:
—Teniendo sujetada la pajita y vaso
con ambas manos damos con un proceso muy delicado, con un movimiento de manos
acompasado hay que introducir la pajita en la boca teniendo cuidado de no
derramar el liquido, seguidamente colocar los labios de la misma manera que sí
se pronunciase la letra “u” succionando en esta posición sentirán el placer y
deleite que provoca el frescor del liquido escurriéndose por el paladar
aplacando la sed , y si así lo sienten ustedes mi equipo y yo personalmente nos
sentiremos satisfechos y recompensados por el fruto de nuestra investigación.
Con estas palabras terminó la
conferencia del Dr. Traqueman, el cual hay que decir que tuvo el detalle de
regalar personalmente pajitas a cuantos nos encontrábamos en el Palacio de la
Magdalena.